- 3 Ene 2007
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ACUARIOS DESPOBLADOS, POBLADOS Y SUPERPOBLADOS
En multitud de ocasiones, sobre todo cuando hemos estado empezando con esta afición, hemos oído hablar a muchos aficionados acerca de las ventajas e inconvenientes de tener un acuario más o menos poblado, habiendo quien defiende (por norma general la gran mayoría) la postura de que lo mejor es un acuario poco o medianamente poblado.
Las razones que se aduce son las siguientes:
- Menor estrés en los peces.
- Niveles de nitritos y nitratos bajos.
- Espaciado de los cambios de agua, etcétera...
Siendo cierto que, en la mayoría de los casos y de las especies que mantenemos en nuestros acuarios, se cumplen estas premisas.
Al disminuir el nivel de nitritos y nitratos disueltos en agua, se espacia los cambios de agua ya que la calidad de ésta es mejor. Al espaciarse dichos cambios de agua, estamos reduciendo las causas de estrés en los peces ya que no los molestamos tan a menudo, con lo que se traduce todo en una notable mejoría del estado de nuestros peces.
Ahora bien, existen casos en los que aún así (peces disco por ejemplo) en los que es conveniente hacer cambios de agua semanales, con lo que estamos aumentando el nivel de estrés de nuestros peces por lo que está recomendado el no poblar en demasía el acuario. De ahí que los criadores de discos, recomienden unos cuarenta litros como mínimo por pez adulto, ya que estos peces de hábitos tan tranquilos, pueden verse molestados en caso de superpoblación.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que podemos estar superpoblando dicho acuario introduciendo especies compatibles de menor tamaño y comportamiento tranquilo junto a esas especies que requieren de unos litros mínimos para su perfecto funcionamiento y, no obstante, no estar estresando a dichos peces: es el caso de los neones y otros carácidos, los cuales conviven en numerosas ocasiones con nuestros discos, ocupando parte de esos cuarenta litros mínimos por disco y que sin embargo, no estresan ni tampoco aumentan significativamente el nivel de nitritos y nitratos en el acuario, dándole además a éste una mayor apariencia natural, pues es de suponer que en el hábitat natural de los discos, no todo van a ser discos.
Existe también otra forma de superpoblación de un acuario, y es la orientada a evitar que especies altamente territoriales convivan con otras variedades también muy territoriales sin que se suceda el menor roce entre ellas.
Esta experiencia la viví yo cuando comencé con mis primeros acuarios. El primero fue un comunitario de poecilidos y en dicho acuario no hubo problema ninguno, ahora bien, mi segunda urna (un 225 litros) destinada a cíclidos africanos, comencé, al igual que todo el mundo, introduciendo tres peces de dos especies diferentes (en total seis peces): labidochromis caeruleus “yellow” y aulonacara peacock OB.
El resultado inicial fue desastroso, los peces se estaban peleando siempre por los territorios, tanto entre ejemplares de la misma especie como entre especies diferentes y como resultado de estas peleas, los peces tenían todas las aletas deshilachadas y escamas del cuerpo levantadas.
Transcurrió el tiempo y fui introduciendo más ejemplares en mi acuario, tanto de m’bunas como de haplochrómidos cambiando la decoración del acuario cada vez que un nuevo pez entraba en el mismo para evitar ataques, los cuales seguían repitiéndose, aunque con menor frecuencia..
Actualmente dispongo en dicha urna de más de cincuenta ejemplares de especies de cíclidos africanos de los tres lagos, cíclidos americanos muy agresivos como son los Convictos (unas siete parejas formadas y algunas reproduciéndose constantemente) y un Óscar, amén de dos Plecóstomus, dos Botia payaso y dos chupa algas siameses y puedo afirmar con total rotundidad que, actualmente el estado de salud de mis cíclidos es excepcional, los peces crecen bien y rápidamente, sin observarse defectos de crecimiento ni nada por el estilo.
El ejemplar del Óscar sin ir más lejos, el cual me fue donado por un acuariófilo valenciano el cual lo tenía en una urna junto a otros dos ejemplares de la misma especie que no paraban de acosarlo. Su estado cuando lo recogí, era lamentable, aletas deshilachadas, un ojo colgando, el cual no pude recuperar, al mismo tiempo que rehuía el contacto con los otros peces, siendo actualmente inmejorable. Ha engordado, las aletas prácticamente se han recuperado y ha perdido el miedo a nadar junto a los otros peces y todo ello en un plazo inferior a tres meses.
El secreto: la superpoblación interespecífica (los m’bunas y haplochrómidos, en su ambiente natural suelen estar en una situación similar, aunque evidentemente no tan exagerada como en el caso de mi urna) unida a una buena oxigenación del agua (mediante un aireador) y por supuesto a una filtración que multiplica en más de siete u ocho veces el volumen de agua que admite el acuario para permitir espaciar los cambios de agua, los cuales se efectúan cada veinte o treinta días y que van destinados a mantener el nivel de nitritos y nitratos lo más bajo posible. A esto también ayuda la alimentación, se come una vez al día, excepto los fines de semana, que hay algún extra, lo cual contribuye al mantenimiento de una calidad del agua óptima.
En resumen, si bien es cierto que por norma general es conveniente por el bien de nuestros peces el tener un acuario poblado o poco poblado, en otras ocasiones, es conveniente que éste esté superpoblado, evitándose así lesiones entre los peces que pueden derivar en la muerte de algunos de ellos.
Autora: aamm95
Fotos: aamm95
1ª Edición y publicación: rpichu
2ª Edición y publicación: Elma
Arreglos de texto: Elma
Maquetación de imágenes: Elma
Fuente: www.portalpez.com
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